viernes, 22 de junio de 2007

El cerebro de la Fórmula 1

Nota escrita por Santiago Murga para clarin.com.
Con sólo 22 años y un puñado de meses en la máxima categoría del automovilismo mundial, el inglés Lewis Hamilton ya dio que hablar. No sólo se convirtió en el único piloto negro en ganar un Grand Prix, sino que para el año de su inicio deportivo, ya exhibe unos siete podios consecutivos, con dos victorias y diez puntos de ventaja sobre quien lo antecede. El británico ya hizo historia y a los datos anteriores, le agrega la posibilidad de consagrarse en 2007 como el único campeón debutante en un torneo de F1. Nada mal para un muchacho que en cuestión de semanas dejó la etiqueta de "segundo piloto de la escudería" y se sacó el rótulo de promesa para estamparse el de realidad. Algunos dicen que Hamilton sorprendió a todos. ¿Sorprendió a todos? No. La larga lista de personas que preparan al corredor incluye al neozelandés Kerry Spackman, uno de los principales responsables de que Hamilton esté en ese lugar. Matemático y físico, se interesó en estudiar el comportamiento del cerebro de un piloto y se doctoró en neurología. Entrena a Lewis hace cuatro años y dice que científicamente puede afirmar cuán capaz es su discípulo. Tiene 51 años e inventó un método en el que relaciona diversas ramas de la ciencia, como la física, la matemática y la neurociencia con el deporte, para aplicarla deportistas de elite o aquellos que quieren serlo.
- ¿Cómo llegó a entrenar pilotos de Fórmula 1?
- Originalmente, yo estudié matemática y física. Hace muchos años inventé un sistema electrónico para medir la "performance" de los autos prototipo. Se lo vendí a Ford Motors y mientras estaba allí, comencé a interesarme y a investigar el funcionamiento en los cerebros de los pilotos. Me di cuenta de que nadie sabía del tema. - ¿Cómo se aplica esto a pilotos de carrera como Hamilton? Es que los humanos no evolucionamos para manejar autos. A veces nuestros cerebros, por más capaces que sean, no están preparados para hacer lo que nosotros pretendemos que hagan. Al igual que en otros deportes, en la Fórmula 1 los protagonistas ponen a sus cerebros en situaciones límites. Los autos hacen cosas instantáneas que no podemos seguir. Por eso, la idea del método es que sirva para "reprogramarlo" para adaptar funciones más complejas.
- Usted dice que su trabajo se diferencia de la psicología tradicional aplicada al deporte. ¿Por qué?
- Es que a mí, básicamente, me preocupa cómo el cerebro registra las cosas, cómo las computa, cómo decide qué hacer y cómo controla los músculos. El cerebro es una computadora extremadamente compleja, es algo que contiene diferentes módulos, capaces de realizar diferentes tareas. Yo me ocupo de que cada módulo trabaje al 100 por ciento de su rendimiento.
- ¿Qué es lo que hace con los deportistas?
- Lo fundamental para este trabajo es incidir de forma integral, sobre los aspectos emocionales de los atletas. El trabajo debe desplegarse tanto dentro como fuera de las competencias. La situación real es que muchos atletas tienen problemas psicológicos que impiden un desempeño al 100 por ciento. En ese sentido yo también trabajo. -¿Por qué para usted el entrenamiento cerebral es más importante que el físico?
- Al menos en el caso de las carreras de autos. Es que las situaciones que se pueden presentar allí, son sumamente caóticas. Los choques, ruidos, y las altas velocidades hacen que cualquiera se sienta petrificado. La "reprogramación" o el entrenamiento cerebral permiten que el piloto esté calmo, y en una fracción de segundos pueda decidir con certeza, saliendo de una circunstancia de riesgo. Sin dudas, para ganar hay que poner la mente de nuestro lado. - ¿Con qué otros deportes trabaja? Trabajo con campeones del mundo en diversas áreas como deportes olímpicos, tenis, box, fútbol, etc.
- Escribió un libro, ¿de qué se trata?
- Mi libro, "La Biblia de los ganadores", es para todos. Está diseñado para ayudar a mejorar y hacer más exitosas a las personas en general.

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