jueves, 25 de octubre de 2007

'The Club' cumple 150 años

Nota publicada en el diario El País de España hoy.
Hoy hace 150 años, exactamente, cuando Inglaterra aún no sabía de Abramovich, Fábregas o Mourinhos, nació en Sheffield el primer club balompédico del mundo, la primera simiente de lo que es el fútbol como lo conocemos en el año 2007. Estamos en el año 1857. El Imperio británico vivía los comienzos de la Era Victoriana, una época de esplendor allende los mares, basado en parte en su Revolución Industrial. Sheffield era entonces una ciudad en auge gracias al desarrollo tecnológico. Las factorías del acero favorecieron el crecimiento de la zona en los siglos XVIII y XIX.

En el siglo veinte, la ciudad fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial por los alemanes para dañar la industria armamentística de la ciudad. Las complicadas décadas de los 70 y los 80 fueron retratadas recientemente por la película Full Monty. Sheffield puede añadir a su factorial historia el honor de haberse convertido hace 150 años en el motor de una industria mucho más popular que la del acero crucible: el fútbol. Hasta 1857, según los historiadores que se ponen de acuerdo, el balompié era una competición que pudo haber nacido en China y que se encuentra en sus diferentes y salvajes variantes ya en el siglo XIX en varias ciudades europeas, entre ellas Florencia.

En Inglaterra hay quien sitúa el siglo XIV como el origen de un juego que se practicaba entre dos equipos de manera muy violenta entre aproximadamente 500 jugadores, con la única regla de no haber reglas. Quizá por eso muchas de las pachangas que se juegan hoy entre aficionados conservan este parecer. Pero todo cambió en 1857, cuando dos amantes del cricket, William Prest y Nathaniel Creswick, debatieron hasta altas horas de la madrugada acerca del deporte ideal para mantener en alto su estado de forma durante el invierno, lejano el tiempo ideal para jugar al cricket. Y eligieron el fútbol.

Los 'Códigos de Sheffield'

Para octubre de 1857 se había creado el primer club de la historia, el Sheffield FC, alrededor del cual se tejieron los primeros códigos del fútbol, los conocidos como Códigos de Sheffield, que sirvieron para organizar los primeros partidos: Solteros contra Casados o Profesionales contra el resto. Entre las normas se encuentran algunas reglas llamativas, como la posibilidad de poder empujar con las manos pero no zancadillear al contrario. Por aquella época se introdujo también el larguero de madera, constituido hasta entonces por una larga soga. Cinco años después, 15 equipos habían crecido alrededor del área de Sheffield y el germen se había extendido a la ciudad de Londres, que pronto organizó partidos con el Sheffield FC, apodado 'The Club', definición categórica que viene a decir que ellos -y no otros- son los primeros entre los primeros.

Avanzado el siglo XIX, coincidiendo con la creación de sus paisanos, el Wednesday y el United, el Sheffield FC decidió permanecer como club amateur, circunstancia que relegó a las sombras al primer equipo de la historia. Sin embargo, el pundonor de sus aficionados y el orgullo del equipo han traído al viejo Sheffield hasta el siglo XXI. Hoy es un club de una división de fútbol aficionado perdida en el complicado sistema organizativo británico, tres divisiones por debajo de la Conferencia Nacional, y juegan en el Stadium of Bright ante 1.500 aficionados henchidos de orgullo.

Vitrinas vacías

'The Club' no tiene grandes trofeos en su vitrina. Quizá su momento de mayor gloria fue cuando viajaron a Wembley en 1976 para disputar la final de la FA Vase, una competición entre clubes aficionados, que perdieron ante el Billericay Town. Pero a pesar de vacía, las vitrinas del Sheffield FC tienen más polvo que ningún otro club, un siglo y medio, medido con puntualidad inglesa. Además, es el único equipo del mundo, junto con el Real Madrid, que cuenta con la Orden de Mérito de la FIFA, que ya ha reconocido oficialmente al equipo del condado de South Yorkshire el honor de ser el decano del fútbol universal. Hoy se espera que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aterrice en el aeropuerto Robin Hood para acudir a una cena de celebración. Antes, en un oficio en la catedral de Sheffield que el club relaciona con la espiritualidad que llena el mundo del fútbol, habrá comenzado la celebración de los 150 años del club más viejo del mundo.

domingo, 21 de octubre de 2007

Los círculos del infierno

Excelente columna escrita hoy por Victor Hugo Morales en el diario Perfil.

Al primer círculo del infierno, el de los débiles, condenados a flotar eternamente en la nada de sus apagadas almas, llegaron los dirigentes de clubes que no tienen peso. Son los que con el grabador apagado dicen que no pueden ser ellos los que se opongan, que serían despedazados por el poder del señor de sus vidas.

Al segundo círculo entraron los que traicionan al fútbol del interior. Los esperaba una cena en Puerto Madero, que para ellos funcionó como la manzana de Adan, y la rotamunda rotación de viajes. En esta zona del infierno, el castigo es la intrascendencia: la sacan barata.

En el tercero, ya chamuscados, los que lo propusieron esta vez dicen que los de River fueron sentenciados hace rato junto al paquete del Locarno y los grupos inversores. El castigo es conocer de antemano el juicio de la sociedad.

Fuego intenso en el siguiente círculo: el de los alcahuetes. Los cruzados que catequizan sobre la conveniencia de tenerlo siempre. Los que votarán por ponerle el nombre de Grondona al primer torneo que se juegue sin él como conductor. Los contribuyentes de la estatua que le harán algún día para que los pájaros y los jóvenes en primavera sepan dónde cumplir con sus necesidades.

Luego hay un lugar para Boca. Macri no tenía ni con quién enviar la carta. El se queda en el purgatorio, pero los otros no fueron capaces de ir al cabo de la imaginable discusión. El orador Pompilio, de memorables palabras dedicadas al prohombre en una cena en Ezeiza, habrá pensado o dicho ante Macri: lo tuyo fenómeno, pero yo tengo que seguir, verlo, explicarle. Yo no voy, que vaya otro. A diferencia de Independiente y Vélez, de Boca no se supo o no se dijo nada.

Al sexto lo dejaron vacío. Ahí van los medios periodísticos que marcan las pautas a seguir. Los que creen que si ellos no informan, las noticias no existen y, por lo tanto, Grondona no está acusado de nada. El paraguas, que un día tendrá que ser un pararrayos, funciona y su abandono de la ética, sus intereses espurios, sus códigos mafiosos se quemarán con la misma intensidad que un payaso se incendió esta semana ante las cámaras de televisión. Algún canal de los que se alimenta con lo que hacen los otros ya negoció no poner esa parte, la de callate payaso mediático, como un tardío intento de no echar más leña al fuego. Esos simpáticos de la tele también van a este mismo círculo. El séptimo es para testaferros, compinches, escribanos y abogados cómplices. Esos van al mismo fuego del que los protege, orienta y educa.Van con él, a caminar sobre las brasas del fuego que quieren apagar con sus propios pies de grandes simuladores.

El Dante se adelantó 700 años. Aquella obra que describía la sociedad de su tiempo no ha perdido actualidad. Sólo faltaría una buena historia de amor. Pero esta gente sólo ama el poder. Uno lo tiene y los demás atan sus sogas a él. No hay Paolos ni Francescas. Falta un romance, es cierto. Pero qué personajes se perdió por no saber a dónde irían a parar aquellos juegos frente al Palazzo de la Signoria de Florencia que anticiparon el fútbol. Qué capítulo de su comedia se perdió este viernes cuando los pecadores subían los escalones de un edificio de la calle Viamonte para dibujar con la cuidada caligrafía de sus votos un mundo de mascarada.

Con gran altura, Román Iucht le contestó al irasible, paranóico y soberbio Alfio Basile, entrenador de la selección nacional, después de que este lo tildara de "contra" por no estar de acuerdo con muchas de las desiciones que el toma al frente del conjunto nacional. Quizás Basile este acostumbrado a que durante la semana su amigo periodista, que últimamente fue tildado de payaso mediático, le diga cosas bonitas en la sobremesa de la La Raya entre whisky y whisky o a través del diario oficialista más importantes del país.


domingo, 14 de octubre de 2007

Un poco de justicia

Kerlon Moura es uno de los tantos tribuneros que habitan en el fútbol brasilero. Se hizo conocido porque en las divisiones inferiores del Cruzeiro patentó la Foquinha. Una jugada en la que va haciendo jueguito con la pelota en el cabeza y avazando. Esta claro que los rivales no se la iban a bancar y alguno iba a hacer justicia por mano propia. Y paso nomás. En un partido por el Brasileirao lo hizo de nuevo y, aunque no se justifica el golpe que recibió, hay que reconocer que se lo tiene bien merecido.