Entre otras muchas cosas, lo que hace atractivo al deporte son los duelos. No hay actividad no los tenga o los tuviese en su historia. Boca-River, Alí-Freizer, Sampras-Agassi o Fangio-hermanos Gálvez son sólo algunos de los más recordados en Argentina y en el mundo. Este domingo, el Mundial de atletismo de Osaka (Japón) fue testigo de otro enfrentamiento entre dos potencias que, seguramente, dejaran un mojón en la historia de esta especialidad. Se trató de la final de los 100 metros, competencia en la cual se vieron por primera vez frente a frente en el tartán el jamaiquino Asafa Powel, actual recordman con 9.77, y el estadounidense Tyson Gay, poseedor del número 1 del ránking mundial con 9.84, y que se quedó con el primer puesto.
Desde que el caribeño se convirtió en el hombre más rápido del mundo el 14 de junio de 2005 en Atenas, todo los seguidores del deporte madre empezaron a esperar el duelo con el también estadounidense Justin Gatlin, que hasta ese momento era el dueño del hectómetro. La reunión ecuménica en Helsinki (Finlandia) se avecinaba y, por su puesto, había muchas expectativas en ver que iba a suceder con estos dos velocistas. Pero no pudo ser. Powel argumentó una lesión y no estuvo presente en la capital finlandesa. El campeón olímpico se trasformó en el gran candidato y en la pista dio muestra de esto para quedarse con el título.
Los meetings más importantes del mundo hacían todo lo posible para reunirlos y que, de una vez por todas, se midieran las dos estrellas. Pero nunca lo lograban. Que se lesionaba uno, que otro aducía problemas personales. La cosa que es nunca corrían juntos. La historia se acabó cuando a Gatlin el doping le dio positivo.
Todo parecía indicar que nadie podría sacarle el lugar de líder a Powell, que a pesar de que jamás había ganado una medalla en un Mundial o en los Juegos Olímpicos, siempre era un atractivo para la televisión y los espectadores. Pero este año apareció Gay como un nuevo rival al establecer la mejor marca del año. Tal como había ocurrido con el campeón mundial, las expectativas por verlos competir a la vez eran muchas, pero ambos trataban de evitarse mutuamente.
Como no tuvieron opción, el Mundial de Osaka los reunió. Lógicamente, Powell y Gay llegaron a la final casi sin pasar sobresaltos en la etapas previas y generaron aún más expectativa de la que ya de por si tienen los 100 metros.
A las 10:20 de la noche de Japón, todos los ojos se pusieron en los carrilles 4 y 5, que eran los que ocupan los dos contendientes principales a la corona mundial. Powell realizó una buena largada y se adueño del liderato provisorio de la prueba. Gay, en tanto, lo seguía de cerca. Cuando el norteamericano terminó de erguirse, alcanzó su pico máximo de velocidad y superó al dueño de la marca mundial y lo pulverizó en los metros finales. En este último tramo de la competencia, a Powell no le dieron las piernas y se vio superado por el bahameño Derrick Atkins, que con 9.91 batió el récord de su país, y fue la sorpresa porque relegó al gran candidato a un inesperado tercer puesto.
El más rápido de 2007, clavó los relojes en 9.85. Quizás no era lo que se esperaba, ya que algunos especialistas auguraban que se podía batir el récord del mundo porque, además de que participaban dos velocistas top, la pista que habían puesto los japoneses era muy rápida, precisamente con el objetivo de que se rompieran muchas marcas.
Gay ya se consagró rey de la distancia más convocante. Powell, otra vez, se quedó sin un título importante y ahora tendrá que pensar en los Juegos Olímpicos para ver si se puede sacar este estigma de no poder festejar en las citas trascendentales. Si no media ninguna situación inesperada (doping, lesión) seguramente se volverán a ver las caras en el desenlace olímpico en Beijing el año que viene y así seguir alimentado este duelos, siempre tan atractivo para el deporte y todo lo que lo rodea (público, televisión, sponsors, etc).
Desde que el caribeño se convirtió en el hombre más rápido del mundo el 14 de junio de 2005 en Atenas, todo los seguidores del deporte madre empezaron a esperar el duelo con el también estadounidense Justin Gatlin, que hasta ese momento era el dueño del hectómetro. La reunión ecuménica en Helsinki (Finlandia) se avecinaba y, por su puesto, había muchas expectativas en ver que iba a suceder con estos dos velocistas. Pero no pudo ser. Powel argumentó una lesión y no estuvo presente en la capital finlandesa. El campeón olímpico se trasformó en el gran candidato y en la pista dio muestra de esto para quedarse con el título.
Los meetings más importantes del mundo hacían todo lo posible para reunirlos y que, de una vez por todas, se midieran las dos estrellas. Pero nunca lo lograban. Que se lesionaba uno, que otro aducía problemas personales. La cosa que es nunca corrían juntos. La historia se acabó cuando a Gatlin el doping le dio positivo.
Todo parecía indicar que nadie podría sacarle el lugar de líder a Powell, que a pesar de que jamás había ganado una medalla en un Mundial o en los Juegos Olímpicos, siempre era un atractivo para la televisión y los espectadores. Pero este año apareció Gay como un nuevo rival al establecer la mejor marca del año. Tal como había ocurrido con el campeón mundial, las expectativas por verlos competir a la vez eran muchas, pero ambos trataban de evitarse mutuamente.
Como no tuvieron opción, el Mundial de Osaka los reunió. Lógicamente, Powell y Gay llegaron a la final casi sin pasar sobresaltos en la etapas previas y generaron aún más expectativa de la que ya de por si tienen los 100 metros.
A las 10:20 de la noche de Japón, todos los ojos se pusieron en los carrilles 4 y 5, que eran los que ocupan los dos contendientes principales a la corona mundial. Powell realizó una buena largada y se adueño del liderato provisorio de la prueba. Gay, en tanto, lo seguía de cerca. Cuando el norteamericano terminó de erguirse, alcanzó su pico máximo de velocidad y superó al dueño de la marca mundial y lo pulverizó en los metros finales. En este último tramo de la competencia, a Powell no le dieron las piernas y se vio superado por el bahameño Derrick Atkins, que con 9.91 batió el récord de su país, y fue la sorpresa porque relegó al gran candidato a un inesperado tercer puesto.
El más rápido de 2007, clavó los relojes en 9.85. Quizás no era lo que se esperaba, ya que algunos especialistas auguraban que se podía batir el récord del mundo porque, además de que participaban dos velocistas top, la pista que habían puesto los japoneses era muy rápida, precisamente con el objetivo de que se rompieran muchas marcas.
Gay ya se consagró rey de la distancia más convocante. Powell, otra vez, se quedó sin un título importante y ahora tendrá que pensar en los Juegos Olímpicos para ver si se puede sacar este estigma de no poder festejar en las citas trascendentales. Si no media ninguna situación inesperada (doping, lesión) seguramente se volverán a ver las caras en el desenlace olímpico en Beijing el año que viene y así seguir alimentado este duelos, siempre tan atractivo para el deporte y todo lo que lo rodea (público, televisión, sponsors, etc).
Foto: Momento en que Tyson Gay supera a Asafa Powell (Fuente iaaf.org)
Video de la carrera.
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