Todavía faltan 4 años para comiencen los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y los organizadores ya están empezando a tener los primeros dolores de cabeza, leves, por ahora. Esta jaqueca no se debe ni al dóping, ni a posibles amenazas terroristas, ni de protestas de grupos políticos, sino que es a causa del fútbol, que históricamente nunca terminó de llevarse del todo bien con el olimpismo, porque hay trabas para conformar la selección local que participará en el torneo olímpico.
La situación es la siguiente. Según los reglamentos del Comité Olímpico Internacional (COI) en los Juegos Olímpicos solo pueden participar naciones soberanas, lo que impide que los países británicos participen por separado. Es decir, Gales, Escocia, Inglaterra e Irlanda del Norte al no ser reconocidos como estados independientes no pueden competir por su cuenta y sus atletas deben estar bajo la bandera de Gran Bretaña. Es aquí donde se produce el corto circuito porque en el fútbol juegan cada uno por su lado.
Desde que Londres quedó confirmada como sede en 2005, la Asociación Olímpica Británica (AOB) comenzó a trabajar para armar un equipo unificado, que estará bajo su orbita, pero se topó con una pared. Tanto la Federación Galesa como la Escocesa rechazaron de plano la idea de ceder a sus jugadores aduciendo que esto les podría llegar a hacer perder su independencia futbolística. Solo aceptaron la propuesta Inglaterra e Irlanda del Norte, que tiempo después tuvo un cambio de mando (algo normal en la mayoría de las federaciones, pero que por acá no se acostumbra) y la nueva administración se alió con los galeses y escoceses.
La intención es tener el plantel más representativo y competitivo posible para poder pelear por una medalla. Para ello Lord Sebastian Coe, múltiple medallista olímpico y máximo responsable de la organización, dio un fuerte golpe mediático al proponerle a Sir Alex Ferguson la conducción del seleccionado británico. El entrenador del Manchester United todavía no dio ninguna respuesta oficial. Según Coe, hincha del Chelsea, el ofrecimiento fue tomado con agrado por Ferguson, que para el momento de los Juegos tendrá 66 años. El ex atleta también manifestó que si el escocés acepta el cargo podrá continuar trabajando en el club de Old Trafford.
Lo que les intentan explicar tanto desde el estado británico, como desde el AOB, y desde la organización de los Juegos a las asociaciones que se oponen a esta propuesta es que de ninguna manera van a perder su estatus dentro de la FIFA y que esto es una excepción para una cita muy importante. Vale recordar que las federaciones británicas tienen mucho poder dentro de la entidad rectora del fútbol. No sólo controlan la International Board, sino que, además, por estatuto tienen un vicepresidente en el Comité Ejecutivo. Esto se hizo en su momento para convencerlas a que ingresen definitivamente a la FIFA y por eso les dieron todos los gustos.
Para muchos este problema se debe a un trasfondo político, lo cual no sería raro porque en los otros deportes en los cuales también compiten por separado se han puesto de acuerdo y estarán unificados. Aunque no es olímpico, un caso paradigmático es el del rugby, deporte que en Gran Bretaña es casi tan popular como el fútbol. Cada 4 años se conforma un equipo llamado British and Irish Lions, que es un verdadero Dream Team de Gran Bretaña e Irlanda, que sólo disputa giras alternadamente por Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Para los jugadores participar de este representativo es un honor y cada vez que se presenta es todo un suceso en las Islas.
La existencia de una selección de Gran Bretaña no es algo nuevo. Participó, con algunas ausencias, entre los Juegos Olímpicos de Londres 1908 y Roma 1960, ganando el oro en la primera visita del Fuego Olímpico a suelo londinense, que fue el debut oficial del fútbol en los Juegos, y en Estocolmo 1912. El resto de sus participaciones no fueron relevantes.
En 1974 la Football Association (FA), que era la que organizaba el equipo, abolió la diferenciación entre amateurs y profesionales. En aquel momento, el torneo olímpico estaba reservado para aficionados y, ante la posibilidad de no poder armar planteles competitivos porque ya no estaba claro que jugadores podían jugar y quienes no, las federaciones británicas decidieron dar un paso al costado y no presentarse más unidas bajo la Union Jack. Esto suena un poco a excusa porque al equipo no se le estaba dando demasiada importancia y los resultados no acompañaban. Su último partido fue ante Bulgaria en Sofía y perdió 5-0, en lo que fue el partido de vuelta de la fase previa del Preolímpico europeo que clasificaba para Múnich 1972. La ida se jugó en Wembley y fue triunfo local por 1-0.
A decir verdad, aquellos conjuntos eran conformados por mayoría de ingleses más algunos refuerzos que venían de los otros países para justificar el nombre. También se conformaron combinados británicos para disputar encuentros amistosos informales con el objetivo de conmemorar celebraciones de la Familia Real o del ingreso definitivo de las Home Nations (como se denominan así mismo las federaciones británicas) a la FIFA.
Para darle una salida al conflicto se han dado dos propuestas, una desechada y la otra pareciera ser la más viable. La primera fue hacer un Preolímpico interno y cuyo ganador (seguramente Inglaterra) sea el representante del país en el campeonato olímpico. Fue dejada de lado. La otra es que directamente se convoquen sólo ingleses y que jueguen con el nombre de Gran Bretaña, con otro entrenador, con otra camiseta (probablemente roja o azul) y bajo el ala de la AOB y no de la FA.
Esta última propuesta fue apoyada recientemente por el presidente de la FIFA Joseph Blatter. El suizo dijo que “deberían optar por una solución que no perjudique los privilegios especiales que ostentan e inscribir únicamente un equipo compuesto por jugadores ingleses”. Estas fueron sus últimas declaraciones al respecto. Anteriormente había manifestado otra cosa. “Podemos confirmar que podrá haber un equipo de Gran Bretaña para los Juegos Olímpicos de 2012, pero las cuatro asociaciones británicas no perderán sus derechos y privilegios adquiridos antes de 1947”, afirmó el directivo.
Días atrás el diario londinense The Times publicó un posible plantel para 2012, con mayoría de ingleses, en el hipotético caso de que haya un acuerdo entre las partes. Varios de estos nombres todavía no dicen mucho, pero seguramente en algunos años serán reconocidos. Entre los de más renombre en la actualidad se encuentran Wyane Rooyne, que ocuparía una de las plazas para los mayores de 23, Theo Walcott y Andy Carroll.
Las sedes del fútbol serán Wembley (se jugará la final), Old Trafford, St. James Park, Villa Park, Millennium Stadium y Hampden Park, estos dos últimos en Gales y Escocia respectivamente.
Es verdad que todavía falta un mucho para que comiencen esos Juegos Olímpicos, pero la resolución definitiva no puede pasar de este año o del otro como mucho por un tema organizativo, más teniendo en cuenta con la anticipación que suelen trabajan las potencias olímpicas. Primero tienen que definir al cuerpo técnico, después empezar a delinear el plantel y por último darle forma al trabajo previo con los amistosos y entrenamientos. Además, habrá que ver que predisposición tendrán los clubes para ceder a los jugadores, porque este equipo tendrá un desarrollo paralelo al de la selección inglesa propiamente dicha, que estará preparándose para sus competencias. El tema es más complejo de lo que parece.
Algunos afirman que este podría ser el relanzamiento para volver a tener un representativo británico en futuros Juegos Olímpicos, aunque no es nada seguro. Con los galeses, escoceses y norirlandeses apoyando o dándole la espalda, lo único cierto y confirmado es que después de casi 52 años de ausencia Gran Bretaña volverá a formar parte del fútbol olímpico y con claras intenciones de pelear por el oro.
La situación es la siguiente. Según los reglamentos del Comité Olímpico Internacional (COI) en los Juegos Olímpicos solo pueden participar naciones soberanas, lo que impide que los países británicos participen por separado. Es decir, Gales, Escocia, Inglaterra e Irlanda del Norte al no ser reconocidos como estados independientes no pueden competir por su cuenta y sus atletas deben estar bajo la bandera de Gran Bretaña. Es aquí donde se produce el corto circuito porque en el fútbol juegan cada uno por su lado.
Desde que Londres quedó confirmada como sede en 2005, la Asociación Olímpica Británica (AOB) comenzó a trabajar para armar un equipo unificado, que estará bajo su orbita, pero se topó con una pared. Tanto la Federación Galesa como la Escocesa rechazaron de plano la idea de ceder a sus jugadores aduciendo que esto les podría llegar a hacer perder su independencia futbolística. Solo aceptaron la propuesta Inglaterra e Irlanda del Norte, que tiempo después tuvo un cambio de mando (algo normal en la mayoría de las federaciones, pero que por acá no se acostumbra) y la nueva administración se alió con los galeses y escoceses.
La intención es tener el plantel más representativo y competitivo posible para poder pelear por una medalla. Para ello Lord Sebastian Coe, múltiple medallista olímpico y máximo responsable de la organización, dio un fuerte golpe mediático al proponerle a Sir Alex Ferguson la conducción del seleccionado británico. El entrenador del Manchester United todavía no dio ninguna respuesta oficial. Según Coe, hincha del Chelsea, el ofrecimiento fue tomado con agrado por Ferguson, que para el momento de los Juegos tendrá 66 años. El ex atleta también manifestó que si el escocés acepta el cargo podrá continuar trabajando en el club de Old Trafford.
Lo que les intentan explicar tanto desde el estado británico, como desde el AOB, y desde la organización de los Juegos a las asociaciones que se oponen a esta propuesta es que de ninguna manera van a perder su estatus dentro de la FIFA y que esto es una excepción para una cita muy importante. Vale recordar que las federaciones británicas tienen mucho poder dentro de la entidad rectora del fútbol. No sólo controlan la International Board, sino que, además, por estatuto tienen un vicepresidente en el Comité Ejecutivo. Esto se hizo en su momento para convencerlas a que ingresen definitivamente a la FIFA y por eso les dieron todos los gustos.
Para muchos este problema se debe a un trasfondo político, lo cual no sería raro porque en los otros deportes en los cuales también compiten por separado se han puesto de acuerdo y estarán unificados. Aunque no es olímpico, un caso paradigmático es el del rugby, deporte que en Gran Bretaña es casi tan popular como el fútbol. Cada 4 años se conforma un equipo llamado British and Irish Lions, que es un verdadero Dream Team de Gran Bretaña e Irlanda, que sólo disputa giras alternadamente por Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Para los jugadores participar de este representativo es un honor y cada vez que se presenta es todo un suceso en las Islas.
La existencia de una selección de Gran Bretaña no es algo nuevo. Participó, con algunas ausencias, entre los Juegos Olímpicos de Londres 1908 y Roma 1960, ganando el oro en la primera visita del Fuego Olímpico a suelo londinense, que fue el debut oficial del fútbol en los Juegos, y en Estocolmo 1912. El resto de sus participaciones no fueron relevantes.
En 1974 la Football Association (FA), que era la que organizaba el equipo, abolió la diferenciación entre amateurs y profesionales. En aquel momento, el torneo olímpico estaba reservado para aficionados y, ante la posibilidad de no poder armar planteles competitivos porque ya no estaba claro que jugadores podían jugar y quienes no, las federaciones británicas decidieron dar un paso al costado y no presentarse más unidas bajo la Union Jack. Esto suena un poco a excusa porque al equipo no se le estaba dando demasiada importancia y los resultados no acompañaban. Su último partido fue ante Bulgaria en Sofía y perdió 5-0, en lo que fue el partido de vuelta de la fase previa del Preolímpico europeo que clasificaba para Múnich 1972. La ida se jugó en Wembley y fue triunfo local por 1-0.
A decir verdad, aquellos conjuntos eran conformados por mayoría de ingleses más algunos refuerzos que venían de los otros países para justificar el nombre. También se conformaron combinados británicos para disputar encuentros amistosos informales con el objetivo de conmemorar celebraciones de la Familia Real o del ingreso definitivo de las Home Nations (como se denominan así mismo las federaciones británicas) a la FIFA.
Para darle una salida al conflicto se han dado dos propuestas, una desechada y la otra pareciera ser la más viable. La primera fue hacer un Preolímpico interno y cuyo ganador (seguramente Inglaterra) sea el representante del país en el campeonato olímpico. Fue dejada de lado. La otra es que directamente se convoquen sólo ingleses y que jueguen con el nombre de Gran Bretaña, con otro entrenador, con otra camiseta (probablemente roja o azul) y bajo el ala de la AOB y no de la FA.
Esta última propuesta fue apoyada recientemente por el presidente de la FIFA Joseph Blatter. El suizo dijo que “deberían optar por una solución que no perjudique los privilegios especiales que ostentan e inscribir únicamente un equipo compuesto por jugadores ingleses”. Estas fueron sus últimas declaraciones al respecto. Anteriormente había manifestado otra cosa. “Podemos confirmar que podrá haber un equipo de Gran Bretaña para los Juegos Olímpicos de 2012, pero las cuatro asociaciones británicas no perderán sus derechos y privilegios adquiridos antes de 1947”, afirmó el directivo.
Días atrás el diario londinense The Times publicó un posible plantel para 2012, con mayoría de ingleses, en el hipotético caso de que haya un acuerdo entre las partes. Varios de estos nombres todavía no dicen mucho, pero seguramente en algunos años serán reconocidos. Entre los de más renombre en la actualidad se encuentran Wyane Rooyne, que ocuparía una de las plazas para los mayores de 23, Theo Walcott y Andy Carroll.
Las sedes del fútbol serán Wembley (se jugará la final), Old Trafford, St. James Park, Villa Park, Millennium Stadium y Hampden Park, estos dos últimos en Gales y Escocia respectivamente.
Es verdad que todavía falta un mucho para que comiencen esos Juegos Olímpicos, pero la resolución definitiva no puede pasar de este año o del otro como mucho por un tema organizativo, más teniendo en cuenta con la anticipación que suelen trabajan las potencias olímpicas. Primero tienen que definir al cuerpo técnico, después empezar a delinear el plantel y por último darle forma al trabajo previo con los amistosos y entrenamientos. Además, habrá que ver que predisposición tendrán los clubes para ceder a los jugadores, porque este equipo tendrá un desarrollo paralelo al de la selección inglesa propiamente dicha, que estará preparándose para sus competencias. El tema es más complejo de lo que parece.
Algunos afirman que este podría ser el relanzamiento para volver a tener un representativo británico en futuros Juegos Olímpicos, aunque no es nada seguro. Con los galeses, escoceses y norirlandeses apoyando o dándole la espalda, lo único cierto y confirmado es que después de casi 52 años de ausencia Gran Bretaña volverá a formar parte del fútbol olímpico y con claras intenciones de pelear por el oro.
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