jueves, 29 de marzo de 2007

El zapatazo de Manu

Desde el 2002, la selección argentina de básquet se ha encargado de agregarle más páginas a los libros de historia del deporte argentino. En la lista de grandes logros se puede encontrar a el primer triunfo sobre un equipo de Estados Unidos conformado íntegramente por jugadores NBA, el subcampeonato del mundo en Indianápolis y, por supuesto, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
En ese campeonato, hubo un momento que fue clave para ingresar a la acotada lista de ganadores de la medalla de oro. Ocurrió en el debut, cuando el conjunto que en ese momento dirigía Rubén Magnano realizó su presentación en la cita ateniense ante Serbia y Montenegro.
Ese partido tenía un condimento especial ya que dos años atrás ambos conjuntos habían protagonizado una polémica final en el Mundial en la que salieron ganando los serbiomontenegrinos gracias a su mayor experiencia en los momentos claves y a las ayudas arbitrales, que tuvieron su peso en el tiempo suplementario.
Tal como se esperaba, el desarrollo del encuentro fue muy disputado y parejo, pero con una leve ventaja para los campeones del mundo. En los minutos finales, parecía que la cosa se inclinaba nuevamente para los balcánicos, pero Ginóbili y compañía tenían otros planes.
El tiempo expiraba y el marcador estaba empatado en 81 y con dos libres a favor de Serbia y Montenegro. Tomasevic, marra el primero, pero encesta el segundo. Argentina sale con Alejandro Monteccia, que le da un pase largo a Ginóbili que, como reconoció después en todas las entrevistas, lanzó un “zapatazo” que entró en el aro en el mismo momento que la chicharra indicaba el final del partido. Los jugadores y el cuerpo técnico explotaron de alegría y se abalanzaron para festejar con el escolta de San Antonio Spurs. Mientras tanto los europeos intentaban una estéril protesta contra la mesa de control y los árbitros.
Con el devenir del torneo olímpico, fue quedando claro de que para los dos fue un momento de quiebre. Mientras que los argentinos tomaron confianza para alzarse con la primera medalla olímpica, los serbiosmontenegrinos comenzaron una caída libre de la cual todavía no se recuperaron. Afuera en la primera ronda de los Juegos Olímpicos, eliminados en los octavos de final del Eurobasket que organizaron y, como si fuera poco, afuera en la misma instancia en el Mundial de Japón 2006, campeonato al que llegaron gracias a una de las invitaciones que otorgó la Federación Internacional.
Ese comienzo hizo delirar a todo el país, y, además, a Ginóbili le valió el reconocimiento como el deportista del día, según la página oficial de los Juegos Olímpicos de Atenas. En el medio estuvo otro trascendente triunfo ante los Estados Unidos en las semifinales y todo se cerró como empezó: con festejos, gracias al triunfo ante Italia en la final.

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