Es muy probable que si a un seguidor medio del fútbol de cualquier parte del mundo se le preguntara por William McCrum no tendría ni la menor idea de quién se trata. A pesar de que este nombre es muy poco popular, este personaje ocupa un lugar importante en la historia del deporte más convocante del planeta porque fue el inventor del tiro libre penal, o simplemente penal, como se lo conoce en la tribuna.
McCrum era un jugador de fútbol y de cricket de Armagh, un pequeño pueblo de 400 habitantes situado en el condado de Milford, Irlanda del Norte, que subsistía a mediados del Siglo XIX gracias a la industria del lino. Master Willie, como se lo conocía en su terruño, era el arquero del Milford Everton Football Club, equipo que militaba en la liga local y que fue pionero en la creación del campeonato irlandés.
Para esa época, alrededor del año 1880, el fútbol todavía no estaba del todo organizado desde el punto de vista reglamentario. En ese momento, el deporte era simplemente un pasatiempo practicado por caballeros y nadie imaginaba que alguien podía cortar a su adversario con una patada. Pero cada vez se estaba haciendo más duro y violento, en especial cerca de las áreas.
Al observar esta situación, McCrum ideó el penal y comenzó a ponerlo en práctica en los encuentros de su club en el torneo regional. Al observar los resultados, el irlandés elevó la propuesta a la Federación Irlandesa (Irlanda del Norte todavía no existía) en 1890 para que esta la propusiera a la International Football Association Board (IFAB), que se encarga de establecer las reglas.
Al principió, esta proposición cayó muy mal entre los directivos porque consideraban que esto era legalizar la trampa y que iba en contra de los cánones establecidos, por lo menos en la superficie, por la sociedad victoriana de la época. Inclusive, algunos llegaron a pronosticar que sería el final del juego fluido. Finalmente, la idea del McCrum tuvo que aceptarse porque la situación se hacía insostenible, en especial después de un partido por la Copa FA entre el Stoke City y Notts Country, en el cual un defensor evito un gol de tiro libre con la mano. Al no haber ninguna sanción al respecto, el árbitro se vio obligado a continuar con el juego normalmente. Después de esta situación, la IFAB aceptó incluir el penal al reglamento el 2 de junio de 1891 en Glasgow.
Como muchos otros personajes de la historia, Master Willie murió sólo, pobre y olvidado. Según recordó su bisnieto, Robert McCrum, editor literario del semanal británico The Observer: “Era un jugador empedernido. Derrochó la fortuna familiar en los casinos de Montecarlo y se dio a la bebida. Falleció en una pequeña pensión de Armagh, antes de Navidad de 1932”.
Como es lógico, esta historia no pasa desaperciba en un pueblo tan pequeño como Armagh y por eso se esta planeando para agosto de este año homenajear al creador del penal con el objetivo de atraer turistas. Todo estuvo cerca de irse al tacho, porque una empresa inmobiliaria tenía estipulado construir en la cancha en donde Master Willie comenzó a atajar los primeros penales. Tras casi 5 años de negociaciones, finalmente se decidió respetar el terreno y construir un parque en honor a William McCrum.
Han pasado casi 120 años desde que un arquero de un pequeño equipo de la liga irlandesa ideó que se pateara un tiro libre a 12 pasos del arco con el arquero como única oposición. Lo que seguramente nunca imaginó McCrum era que su invención iba a ser la causante de interminables y acaloradas discusiones sobre fútbol en las metrópolis más pobladas y los pueblos más recónditos del globo.
McCrum era un jugador de fútbol y de cricket de Armagh, un pequeño pueblo de 400 habitantes situado en el condado de Milford, Irlanda del Norte, que subsistía a mediados del Siglo XIX gracias a la industria del lino. Master Willie, como se lo conocía en su terruño, era el arquero del Milford Everton Football Club, equipo que militaba en la liga local y que fue pionero en la creación del campeonato irlandés.
Para esa época, alrededor del año 1880, el fútbol todavía no estaba del todo organizado desde el punto de vista reglamentario. En ese momento, el deporte era simplemente un pasatiempo practicado por caballeros y nadie imaginaba que alguien podía cortar a su adversario con una patada. Pero cada vez se estaba haciendo más duro y violento, en especial cerca de las áreas.
Al observar esta situación, McCrum ideó el penal y comenzó a ponerlo en práctica en los encuentros de su club en el torneo regional. Al observar los resultados, el irlandés elevó la propuesta a la Federación Irlandesa (Irlanda del Norte todavía no existía) en 1890 para que esta la propusiera a la International Football Association Board (IFAB), que se encarga de establecer las reglas.
Al principió, esta proposición cayó muy mal entre los directivos porque consideraban que esto era legalizar la trampa y que iba en contra de los cánones establecidos, por lo menos en la superficie, por la sociedad victoriana de la época. Inclusive, algunos llegaron a pronosticar que sería el final del juego fluido. Finalmente, la idea del McCrum tuvo que aceptarse porque la situación se hacía insostenible, en especial después de un partido por la Copa FA entre el Stoke City y Notts Country, en el cual un defensor evito un gol de tiro libre con la mano. Al no haber ninguna sanción al respecto, el árbitro se vio obligado a continuar con el juego normalmente. Después de esta situación, la IFAB aceptó incluir el penal al reglamento el 2 de junio de 1891 en Glasgow.
Como muchos otros personajes de la historia, Master Willie murió sólo, pobre y olvidado. Según recordó su bisnieto, Robert McCrum, editor literario del semanal británico The Observer: “Era un jugador empedernido. Derrochó la fortuna familiar en los casinos de Montecarlo y se dio a la bebida. Falleció en una pequeña pensión de Armagh, antes de Navidad de 1932”.
Como es lógico, esta historia no pasa desaperciba en un pueblo tan pequeño como Armagh y por eso se esta planeando para agosto de este año homenajear al creador del penal con el objetivo de atraer turistas. Todo estuvo cerca de irse al tacho, porque una empresa inmobiliaria tenía estipulado construir en la cancha en donde Master Willie comenzó a atajar los primeros penales. Tras casi 5 años de negociaciones, finalmente se decidió respetar el terreno y construir un parque en honor a William McCrum.
Han pasado casi 120 años desde que un arquero de un pequeño equipo de la liga irlandesa ideó que se pateara un tiro libre a 12 pasos del arco con el arquero como única oposición. Lo que seguramente nunca imaginó McCrum era que su invención iba a ser la causante de interminables y acaloradas discusiones sobre fútbol en las metrópolis más pobladas y los pueblos más recónditos del globo.
Imagen del Milford Everton FC. Master Willie es el de la segunda fila a la izquierda. (fifa.com)